miércoles, 27 de febrero de 2019

Contra viento y marea.





Hola, Aventureras. Los videojuegos son una vía de escape para muchos adolescentes y niños de hoy en día. Es una forma de aislarse, desarrollar su imaginación y viajar por mundos nuevos que explorar y donde pueden divertirse. Pero a lo que vamos hoy, es que son mucho más que eso, son una forma de educar. Los juegos son una manera de enseñar a los niños y niñas a través de la motivación, la diversión y lo más importante a través de emociones. 

Hoy vamos a hablar más concretamente de un videojuego llamado Contra Viento y Marea. El videojuego es una iniciativa de ACNUR, la agencia de la ONU para la ayuda a los refugiados. Como es de esperar, el juego versa sobre un personaje (que puedes elegir tú mismo y poner el nombre que quieras) que es un refugiado y su viaje desde que huye de su país hasta que llega a un país de acogida e inicia una nueva vida. Se divide en tres fases:
War, Soldiers, Warrior, Paratroopers
Recuperado de Pixabay. 
  1. Guerra y represión: esta parte del juego al igual que las demás se divide en cuatro minijuegos. El primero es un interrogatorio que hace la policía y que debes  responder a las preguntas que hacen teniendo en cuenta que no puedes decir lo que piensas realmente o serás agredido. En este caso se muestra la violencia policial y la represión a la que están sometidas las personas en su país de origen por parte de la autoridad. Otro minijuego es la huida, en dos minutos debes coger tan solo dos cosas y huir antes de que venga la policía, la reflexión final es que aunque a ti te haya ido bien a lo mejor al vecino no le ha pasado igual que a ti. El tercer minijuego tiene como objetivo salir de la ciudad sin encontrarte con la policía porque no sabes qué te podría pasar. Es muy complicado superar el nivel porque no tienes mucha movilidad. El cuarto minijuego que hace que salgas del país es a través de hacer duras decisiones, dejar a tu familia, a tus amigos, pagar más de lo que es por no morir, ayudar o no a una persona herida... 
  2. En el país vecino: volvemos a encontrarnos con cuatro subapartados. El primero de ellos es encontrar un lugar para pasar la noche, las familias no se arriesgan a acogerte, un grupo
    Recuperado de Pixabay. 
     racista puede asesinarte o la policía puede arrestarte hasta que consigues dar con la Iglesia que te ayuda. Lo siguiente que debes haces es encontrar al traductor en el siguiente minijuego, pero la dificultad se encuentra en que no entiendes nada de lo que te dicen al igual que los carteles que encuentras. El siguiente es uno de los que encuentro más interesante porque pretende explicar la gran diferencia entre un refugiado/a y un inmigrante. La diferencia fundamental que nos proponen es que un refigiado huye por miedo porque se han violado sus derechos fundamentales y no puede regresar a su país cuando quiera porque pueden atentar contra su vida, mientras que un inmigrante viaja para ganar más dinero o tener un vida mejor pero puede volver a su país sin miedo alguno. El último minijuego de esta segunda fase es entrar por primera vez en una clase en un país que no es el tuyo, se ve el ridículo que puede hacer, porque no entiende el idioma, o la exclusión que puede tener el protagonista por parte de sus compañeros. 
  3. Recuperado de Pixabay. 
    Una nueva vida: nuestro protagonista ha llegado ya a un país que le da asilo, lo primero que quiere hacer es conseguir un trabajo, para ello debe vestirse de una forma determinada y debe decir algunas cosas que no son ciertas para conseguirlo, como que se conforma con el trabajo de limpiador cuando puede aspirar a ser ayudante. Lo segundo que se debe conseguir es comprar un móvil nuevo en el centro comercial, cuando se ha dispuesto a ello, se encuentra con un gran número de personas que tienen prejuicios, pero iban acompañados de personas que les contrarían y les dicen que lo que piensan no es real. El tercer minijuego que encontramos es clasificar algunos objetos según su procedencia, con esto nos damos cuenta de que no sabemos realmente qué cosas provienen de qué lugar. Por último lo que debe hacer es conocer a los vecinos de su nueva vivienda, plantean una situación y debes decir si te parece extraño o no. Toca temas como los ancianos, la igualdad de género o la desconfianza ante desconocidos. 
Esta iniciativa de ACNUR es muy interesante porque puedes esbozar de alguna forma cómo es el viaje que realizan tantas personas en el mundo. Lo más interesante es que te hace sentir y aprender con tus emociones. Al jugar se siente impotencia (al mentir a la policía porque no puedes ser tú misma), angustia (al tener solo dos minutos para huir), desesperación (porque nadie te entiende), miedo (porque no sabes qué va a pasar, si te pueden hacer daño o no), vergüenza (al entrar nueva en una clase y que se rían porque no entiendes nada), rabia (al escuchar los prejuicios de la gente en el centro comercial o de tus vecinos). Gracias a esto se aprende mejor porque lo asocias a una emoción. 

Personalmente, me ha gustado el juego, lo veo enfocado a niños, porque te habla de la crisis de valores que está teniendo lugar en el mundo hoy por hoy de una forma animada y sin ser del todo específico en las imágenes. Habla no solo de la vida del refugiado en su huida, también de distinguir entre inmigrante y refugiado, porque es algo importante o de otros temas como la igualdad. Lo veo un juego sencillo y con un mensaje claro y lo mejor es que no es muy largo, puedes hacer todo el viaje con tu personaje en unos 40-45 minutos, depende de cómo te salgan las pruebas. Lo que más me ha gustado es el botón de In-fórmate, en que se dan recursos, se amplia la información con vídeos o artículos. 

Recuperada de Pixabay. 
Como futura educadora social utilizaría este juego como herramienta de prevención para niños de entre 12 y 13 años. Organizaría un taller en el que se les explique qué está ocurriendo en Siria, por qué la gente huye y tiene miedo y por qué nosotros y nosotras tenemos que acogerles y no tener prejuicios. 
La actividad se haría por grupos, aunque previamente hayan jugado a Contra Viento y Marrea de forma individual.  Después de haber jugado, por grupos, los niños y niñas se centrarían en tres minijuegos de los que han hecho: el interrogatorio, la compra del móvil en el centro y el primer día de clase. Lo siguiente que tendrían que hacer es un mural en el que eligiesen uno de los tres minijuegos y explicasen al resto de los grupos cómo se puede sentir un refugiado en esa situación, qué harían ellos si están delante en esa situación y por último una dramatización de la situación. A través del mural se pretende que pongan por escrito y en consenso lo que han sentido al jugar, a través de la explicación se lo harían ver al resto de grupos y por último la dramatización hace una mezcla de ambos ya que unos tienen que hacer el papel de refugiado, otros de una persona que resulta aversiva para el protagonista y otros de un apoyo para él o ella. 
Por último se haría también una reflexión entre lo que es un refugiado, cómo se siente y qué podemos hacer nosotros y se expondrían todos los murales para poner en valor el trabajo realizado. 
Bueno, Aventureras, hoy hemos hablado de un tema que nos hace que debamos ser más aventureras y locas que nunca, tenemos que hacer llegar a la infancia la crisis mundial que se da hoy en día y que no es algo que ocurra muy lejos y no nos afecte. Se debe enseñar a valorar a la persona, a ayudarla y a darle apoyo en todo momento. Una de las herramientas para hacer eso es el juego, ya que es un elemento conocido por todos y que nos brinda una inmediatez y cercanía al niño o la niña con los que queremos tratar. 

Esto ha sido todo por hoy, Aventureras, recordad: Todos estamos un poco locos aquí. 

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